Guía de cuidados de las suculentas: todo lo que debes saber

Posted By: Manuel Gaviño In: Cuidado de plantas Comment: 0 Hit: 1612

Una miniguía para cuidar tus plantas suculentas de manera práctica y sencilla.

suculentas. viverosgonzalez.com

Las plantas suculentas son unas de las especies favoritas para los amantes de las plantas que tienen poco tiempo para cuidarlas.

Son especies muy rústicas, se adaptan a suelos muy pobres y sobrevivan con poquísimos cuidados… y eso hace que a veces nos confiemos más de la cuenta.

Te lo decimos por experiencia.

Hemos visto más de un caso en que un cliente nos ha venido con una suculenta que estaba mal de salud, a veces por exceso de riego y otras (aunque te cueste creerlo) por falta.

Y es que, como toda planta, las suculentas necesitan unos cuidados concretos.

Cuidados que te vamos a explicar en este post.

Aquí vamos a ver las claves para tener tus suculentas siempre fuertes y sanas. 

Además, como cada especie es única y tiene unas necesidades específicas, al final del post también te damos las claves para cuidar algunas de las especies más populares.

¿Listo?

Pues vamos allá.

Las 6  claves para cuidar tus suculentas

Las suculentas son plantas procedentes de climas cálidos.

Y eso significa que, cuando las importamos a nuestra zona, muchas veces tengamos que tenerlas como plantas de interior. 

Pero no te preocupes, porque estos consejos que vamos a ver te servirán tanto si las tienes en una maceta dentro de casa (o en la oficina) como si las has plantado en el jardín.

1. Poca agua mejor que demasiada

Seguro que esto ya lo sabes, pero no está de más un recordatorio.

Como te decíamos, las suculentas provienen de climas cálidos, y en muchos casos secos (salvo algunas originarias de zonas tropicales).

Eso significa que son plantas acostumbradas a aprovechar hasta la última gota de agua.

Si las riegas demasiado, corres el riesgo de ahogar las raíces y de provocar que se pudran, o de hacer que aparezcan hongos.

Como siempre, cada especie tiene sus propias necesidades, pero como pautas generales:

  • En los meses fríos, con regarlas una vez cada dos semanas más o menos será suficiente.
  • En verano podemos subir la frecuencia a una vez por semana.

O aún más fácil: riega hasta empapar bien el sustrato, y vuelve a regar cuando se haya secado por completo (puedes usar el truco del palito. Clavas un palo de madera y, si sale limpio, es hora de regar).

Ahora bien, recuerda lo que te decíamos al principio del post.

Que sean resistentes no significa que sobrevivan sin agua. Si te olvidas de ellas, también pueden morir por deshidratación (lo hemos visto más de una vez).

cactus. viverosgonzalez.com

2. Un buen drenaje te evitará muchos disgustos

Esto también es esencial.

Solemos pensar que el exceso de riego es lo que daña a nuestras plantas, pero no es así exactamente.

El verdadero riesgo está en la acumulación de agua.

Y eso ocurre cuando regamos sin dejar espacio a que el sustrato se seque… o bien cuando el sustrato o el recipiente que estamos usando no drena bien.

Ahora, que la solución es muy sencilla.

Si las siembras en maceta, asegúrate de usar una maceta que cuente con agujeros por la parte baja, para así evitar que el agua se acumule al fondo y ahogue las raíces.

Si las has sembrado en el jardín, cada cierto tiempo asegúrate de que el terreno no se ha compactado (y de que el suelo no sea muy arcilloso).

3. Evita los pulverizadores

Ya sabes que, para muchas plantas, tener las hojas húmedas es perjudicial.

La humedad es el caldo de cultivo para muchas variedades de hongos, y eso es especialmente cierto en el caso de las suculentas.

Cuando las riegues, céntrate en mojar el sustrato y mantén las hojas secas.

La única excepción son las especies que provienen de climas tropicales, y que en algunos casos sí pueden agradecer esta pulverización. Pero antes de hacerlo asegúrate muy bien de que tu suculenta soporta bien este tipo de riego.

Ante la duda, mejor tener las hojas secas.

4. Déjalas que tomen el sol

Otro error muy común entre los poco experimentados con las suculentas.

Puede que pienses que, por provenir de climas desérticos, a las suculentas les encanta tomar el sol directo.

Y no es verdad.

Si las dejas expuestas a una luz demasiado intensa, corres el riesgo de que se sequen. Sobre todo si lo hacemos en verano.

La idea está en ponerlas en una zona muy luminosa de la casa (o del jardín), pero mantenerlas en semisombra durante las horas centrales del día.

Un truco: si notas que las hojas se resecan, se vuelven quebradizas y amarronadas, eso es señal de que te estás pasando.

euphorbia milli. viverosgonzalez.com

5. No la empaches de nutrientes (usa un sustrato pobre)

Parece mentira, ¿verdad?

A la mayoría de las plantas lo que debemos darles es una tierra muy rica en nutrientes, para asegurarnos de que crezcan. Pero con las suculentas ocurre casi al revés.

Estas plantas están habituadas a terrenos muy áridos. Por eso son las especies idóneas para tener en rocallas, por ejemplo.

Si las siembras en maceta y no quieres arriesgarte, lo más sencillo es que utilices un sustrato específico para crasas y suculentas, que trae la composición justa de nutrientes que necesitan (además así te aseguras de que también drene correctamente el agua).

6. Mucho ojo con las cochinillas

Con las cochinillas, los caracoles y la araña roja, para ser más precisos.

Estos son los tres mayores enemigos a los que puede tener que enfrentarse tu suculenta. Si las tienes dentro de casa es menos probable, pero aun así tienes que estar alerta.

Si encuentras:

  • Bultos blanquecinos y pegajosos en los tallos, con aspecto de algodón (que en realidad son nidos de cochinillas).
  • Una fina telaraña cubriendo las hojas y los tallos, en los que además aparecen manchas amarillentas y marrones (producidas por el ataque de la araña roja).
  • Marcas de mordeduras en las hojas (la firma inconfundible de los caracoles).

En estos casos es muy importante que apliques el correspondiente fitosanitario, para erradicar cuanto antes la plaga y evitar que maten la planta. O peor, que se extiendan a otras.

Además, las manchas y el debilitamiento pueden ser señal del ataque de hongos, para lo que necesitarás un fungicida.

Cómo cuidar las suculentas más comunes

Estos consejos pueden servirte para cultivar la mayoría de las suculentas. Sin embargo, cada especie es única y tiene sus propios requisitos. Por eso, a continuación te damos unos consejos específicos para las suculentas más populares.

portulacaria afra

1. Cuidados de la Portulacaria Afra

También conocida como “Árbol de la abundancia”. Es un ejemplar de hojas carnosas y brillantes, que en interior puede llegar a alcanzar los dos metros.

La Portulacaria afra es una planta que necesita mucha luz. Soporta la exposición directa al sol e incluso lo agradece. Aun así, se la puede tener también como planta de interior en zonas de semisombra, siempre que la situemos en un lugar donde reciba luz durante varias horas al día.

Como todas las plantas provenientes de zonas cálidas (en este caso, de la zona sur de África), el frío es uno de sus mayores enemigos. Si vivimos en una zona con inviernos duros, tendremos que plantarla en maceta para resguardarla en interior.

En su tierra natal, esta planta puede llegar a alcanzar los 15 metros de altura. Sin embargo, en jardines y en maceta su crecimiento máximo es mucho menor. Incluso puede ser cultivada como bonsái, siendo un ejemplar muy apreciado dentro del arte japonés del ikebana.

La Portulacaria retiene gran cantidad de agua en sus ramas y en sus hojas carnosas, por lo que un exceso de humedad hará que sus raíces se pudran rápidamente. Tomaremos la precaución de regar solo cuando el sustrato esté completamente seco, normalmente con una frecuencia de una vez por semana.

euphorbia trigona. viverosgonzalez.com

2. Cuidados de la Euphorbia trigona

La Euphorbia trigona es una especie peculiar dentro de las crasas. Aunque está clasificada como suculenta, en los bordes de sus tallos unas pequeñas hojas rojas crecen alternas con espinas que recuerdan a la de los cactus.

La Euphorbia trigona crece en tallos erectos de hasta cinco metros en su hábitat natural. La savia lechosa que excreta cuando se la corta ha hecho que reciba el sobrenombre de “Planta de leche”. Esta savia es tóxica y resulta irritante al contacto con los ojos y la piel, por lo que se recomienda usar guantes al manipularla.

Lo ideal para esta planta es el sol directo, aunque aguanta bien la semisombra. En cuanto al riego, de nuevo es importante no excedernos.

Como la mayoría de su familia, esta planta resiste mucho mejor la sequía que el exceso de agua. Ante todo es fundamental que el suelo en el que la plantemos tenga un buen drenaje, para lo cual podemos mezclar el sustrato con arena o usar uno especial para cactus.

En invierno perderá sus hojas, y en primavera, con la vuelta de las temperaturas cálidas, las recuperará. Nunca debemos dejarla expuesta a heladas.

cotyledon.viverosgonzalez.com

3. Cuidados de la Cotyledon orbiculata

Esta planta de hermosas flores con forma de campanilla es también conocida como “Oreja de cerdo”, por la forma de sus hojas carnosas.

Es una especie originaria de Sudáfrica, que crece bien con luz directa del sol. Su resistencia le permite sobrevivir en prácticamente cualquier ambiente y condición. El único requisito es que el suelo tenga buen drenaje y no nos pasemos con el riego.

Almacena agua en sus grandes hojas ovaladas. Durante el verano nos deleitará con sus flores colgantes de tonos rojos, amarillos y anaranjados.

Soporta mejor el frío que la mayoría de las suculentas, siendo capaz de sobrevivir incluso a breves heladas. No obstante, si decidimos cultivarla como planta de interior, la situaremos en una habitación fresca y bien iluminada. En maceta puede alcanzar los 60 centímetros.

haworthia.viverosgonzalez.com

4. Cuidados de la Haworthia fasciata

La familia de las Haworthia está compuesta por más de 70 especies, dentro de las cuales la fasciata es una de las más extendidas. Esta familia de hojas carnosas, desplegadas en forma de roseta, recibe el sobrenombre de ‘Plantas cebra’, por las características líneas blancas que lucen en la parte exterior.


Son ejemplares de pequeño tamaño (entre 15 y 20 centímetros), ideales para cultivar en el interior. También se utilizan frecuentemente en jardines con rocallas.

La Haworthia fasciata necesita mucha luz. Sin embargo, el sol directo puede llegar a producir quemaduras en las hojas, por lo que optaremos por situarla en una zona de semisombra que permanezca bien iluminada durante el día.

El riego será espaciado, procurando que el sustrato tenga buen drenaje. En invierno se puede regar una vez al mes o incluso interrumpirlo.

La temperatura nunca debería estar por debajo de los 10 ºC. En caso de inviernos fríos, la refugiaremos en el interior de la casa.

Ahora es el momento de que les des mucho amor a tus suculentas

Como has visto, las necesidades de estas plantas son un poco especiales, pero nada complicadas de atender.

Así que aplica los consejos que te hemos dado y verás cómo tus suculentas crecen fuertes, sanas y felices.

Y si tienes cualquier duda (o si te ha entrado el gusanillo y quieres decorar tu casa o tu oficina con una de estas preciosas plantas), recuerda que puedes ponerte en contacto con nosotros.

Te asesoraremos para que encuentres las plantas que necesitas.

Enlaces de interés

40 ideas para tener un jardín de suculentas

https://www.pinterest.es/viverosgonzalez/jardines-de-suculentas-con-encanto/

Comments

Leave your comment